Qué sano resulta tomarse un día para uno, sin teléfono sin hablar con nadie, y dedicarse a ordenar la vida. Esta semana me he tomado dos días en un hotel, gracias al trabajo a veces puedo permitirme ese lujo, y me he puesto en orden: me he marcado objetivos personales y profesionales para el último trimestre del año, he contactado vía a email a amigos que tenía abandonados, he leído mucho, he escrito 2 artículos, he releído y corregido el libro que estoy escribiendo, he revisado y montado dos cursos… y lo mejor de todo hoy me siento mucho mejor que ayer, pues estoy con el trabajo hecho y sin nada en mi lista de pendientes. ¿Puedes dedicarte al menos un día? ¿Cada cuánto?

Qué poco nos cuidamos, qué poco nos queremos, corremos y corremos y nunca tenemos tiempo para nosotros, ¿puede alguien decirme a dónde vamos? , yo no lo sé, de verdad que no lo sé, lo único que sé es que no hay tiempo para nosotros, hasta que caemos derrotados o enfermos, y lo fácil que es cuidarse, dios, es fácil.

Hoy estaba leyendo un comentario en Internet, sobre hasta que punto nuestra imagen externa encaja con la interna, y me hizo pensar que muchas veces evolucionamos internamente, y sin embargo seguimos manteniendo esa imagen externa que alguien creo para nosotros o nosotros mismos creamos hace tiempo.

Entonces sin darnos cuenta estamos proyectando incoherencia.

¿Por qué no revisamos nuestro armario y vemos?