Día 13: “Despedida de Hoi An”
El diario de Maryam: 'Lo que no tengo a quien contar'
10 de agosto de 2018Empezamos el día con un paseito de más de una hora por la playa y un par de baños de agua salada. Nos arreglamos y subimos al pueblo a la última prueba de las blusas. Todo un lujo de atenciones y cuidado el que hemos recibido. Las blusas han quedado ideales. La pena no tener más presupuesto para confeccionarnos más cosas. Ha sido toda una experiencia. Me recordaba cuando en Oviedo iba a la modista con mi madre y mis abuelas, que era el acontecimiento de cada temporada.
La tarde la hicimos tranquila, pues a Isa algo le había sentado mal, así que fue su día de “consentida”, entre sus elecciones fue tomar una crema de calabaza que tenia una pinta deliciosa, unas patatitas fritas de un puesto callejero, realmente riquísimas y un masaje de piernas, de esos que hacen aquí al son del manoseo. No se cómo siempre saben donde te duele y allá atacan. Es increíble como cuando uno esta débil le duele todo, y en cambio cuando no, da igual lo que te toquen que no te duele nada.
Cenamos un plato de pescado vietnamita con vegetales, arroz y una copita de vino (hoy el presupuesto si nos dio para el vicio jaja).
Nos retiramos pronto porque mañana nos toca viajar y queríamos hacer bien nuestra pequeña maleta para que cupiera todo (la mía está embarazada) y disfrutar de nuestra súper suite (la verdad que al final del día volver al hotel con aire acondicionado y todo limpito es siempre un placer).
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