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La sociedad del Selfie y del WhatsApp |
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Boletín 78 - 11 de Octubre del 2016 |
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"Estamos muy absortos en asuntos egocéntricos, en nuestra carrera profesional, en la familia, en tener dinero suficiente, en pagar la hipoteca, en comprarnos un coche nuevo, en arreglar el radiador cuando se rompe; estamos muy ocupados con billones de actos pequeños que sólo sirven para salir adelante. De modo que no adquirimos la costumbre de contemplar nuestras vidas desde fuera y decirnos: ¿Esto es todo? ¿Es esto todo lo que quiero? ¿Me falta algo?" Mitch Albom.
Cuando observo el modo de comunicarnos que actualmente tenemos me sorprendo y me alarmo. No soy ninguna detractora de la tecnológica, todo lo contrario, más bien fanática, pues a mí me permiten trabajar y estar presente con mis seres queridos a cualquier hora y en cualquier lugar del mundo. El tema no está en su existencia sino en su uso cuando es inadecuado.
Voy a empezar por el Selfie, que como la palabra misma dice mucho tiene que ver con la individualidad, y cada cual es muy libre de usarlo como quiera, pero no puedo dejar de señalar lo que me sorprende cuando viajo. Ante cualquier monumento o lugar especial, hoy día, aparece una comitiva de personas con palito haciéndose muecas de film star a las que luego pasan una serie de filtros, para parecer aún más espectaculares, e inmediatamente colgarlo en la red (Facebook, Instragram o la que a cada cual le resulte más fashion). La mayoría de las veces no se toman tiempo para sentir, respirar, contemplar el lugar en el momento, eso no parece que sea interesante. Lo importante es que todos puedan ver dónde, cómo estoy y la gran vida que me pego.
Esta egolatría exhibe solamente lo que cada cual quiere mostrar, se trata de construir así una identidad que se pone a consideración de los demás para recibir retroalimentación y ser validada bien como acto de vanidad (narcisismo), o bien, falta de autoestima (necesidad de autoafirmación).
Sin embargo, cuando las personas tienen un mal día o están enfadados, disgustados o preocupados por algo eso no se cuenta. Curiosamente pese a que tanto se hable actualmente del mundo emocional, "Yo, yo, yo" parece ser el mantra de hoy. ¿Nos estaremos volviendo narcisistas en la cultura digital? Las manifestaciones en las redes hablan de una cultura irreal de felicidad, de Woo Woo Woo, lo guay que soy.
En lo que respeta a la comunicación de WhatsApp uno de los puntos que más me llama la atención es cuando las personas dicen: “estuvimos hablando por WhatsApp… (y aunque pueda usarse para llamar), la gente normalmente escribe mensajes de texto, abreviando al máximo el uso de las palabras, y es por eso por lo que pueden producirse malentendidos (la distancia más larga entre dos personas es un malentendido). No tiene tonos, no ves los gestos, sólo tienes unas letras y unos emoticonos que por desgracias no todo el mundo sabe interpretar.
Pienso que actualmente necesitamos comunicarnos más cara a cara, relacionarnos de verdad con calma, enriquecer nuestro vocabulario, mirarnos más hacia adentro y no tanto hacia fuera, dedicar menos culto a la imagen y vincularnos más de corazón a corazón. Muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se presentan ante nuestro espíritu hasta que ya es demasiado tarde. ¿Qué opinas tú?
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Las sesiones son semanales y quincenales. Tienen una duración estimada de 45 minutos.
Entre sesiones, si necesitas hacer preguntas o lanzar ideas, por favor llámame o mándame un correo. Yo no cobro por esto, pero mantengo conversaciones por un máximo de 2 minutos, y las limito a un número razonable.
Puedes enviarme correos tan a menudo como quieras.
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