Cuando me amé de verdad, por Charles Chaplin

22 de julio de 2015

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.

Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.

Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!

No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

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Cosas que se me ocurren sobre la parejas: Parte XIII CEDER vs CONCEDER

11 de octubre de 2014

Cosas que se me ocurren sobre la parejas: Parte XIII CEDER vs CONCEDER

Toda mi vida he escuchado eso de “Hija si estás en pareja vas a tener mucho que ceder”. Guau desde niña aquello me resonó extraño y nada apetecible, con lo que creo que nunca me doblegué jajaja y siempre he tenido estupendas y afectuosas relaciones, cada una en su lugar y en su momento.

El otro día entendí que es lo que hago frente a lo que me decían que hiciera: YO CONCEDO, no cedo.

Ceder tiene que ver con disminuirse, rendirse, mitigarse. Es decir que cuando cedes renuncias a algo, lo que te hace sentir mal contigo mismo y con el otro, crea incongruencia y empobrece la personalidad (i.e.: hacer algo que no quieres por temor al que al otro le siente mal). Los que ceden constantemente por conservar a su pareja, pierden la seguridad en sí mismos y los atributos especiales de su personalidad, y al final dejan de ser atractivos para su pareja.

En cambio, conceder tiene que ver con otorgar, proporcionar, hacer a merced, es por tanto un ejercicio de madurez que uno hace por el otro (i.e.: hacer algo porque sabes que al otro le gusta o le ilusiona mucho; el hecho de verle contento te alegra a ti también). Estos conservan su atractivo, refuerzan su estima y contribuyen a tener un buen clima en la relación.

¿Cedes o concedes?

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Lo que he aprendido en la vida – Paulo Coelho

20 de julio de 2014

Lo que he aprendido en la vida

He aprendido que no puedo hacer que alguien me ame; solo convertirme en alguien a quien se pueda amar, el resto ya depende de los otros.

He aprendido que por mucho que me preocupe por los demás, muchos de ellos no se preocuparán por mí.

He aprendido que puede requerir años para construir la confianza y únicamente segundos para destruirla.

He aprendido que lo que verdaderamente cuenta en la vida, no son las cosas que tengo alrededor sino las personas que tengo alrededor.

He aprendido que lo más importante no es lo que me sucede sino cómo lo interpreto y lo que hago al respecto.

He aprendido que hay cosas que puedo hacer en un instante que ocasionan dolor durante toda la vida.

He aprendido que es importante practicar para convertirme en la persona que yo quiero ser.

He aprendido que es muchísimo más fácil reaccionar que pensar, y más satisfactorio pensar que reaccionar.

He aprendido que siempre debo despedirme de las personas que amo con palabras amorosas; podría ser la última vez que los veo.

He aprendido que puedo llegar mucho más lejos de lo que imaginé posible.

He aprendido que soy responsable de lo que hago, cualquiera que sea el sentimiento que tenga.

He aprendido que o controlo mis actitudes o ellas me controlarán a mí.

He aprendido que aprender a perdonar requiere mucha práctica.

He aprendido que por bueno que sea el buen amigo, tarde o temprano me voy a sentir lastimado por él y debo saber perdonarlo por ello.

He aprendido que no siempre es suficiente ser perdonado por los otros; a veces tengo que perdonarme a mí mismo.

He aprendido que por más apasionada que sea una relación en un principio, la pasión se desvanece y algo más debe tomar su lugar.

He aprendido que con los amigos podemos hacer cualquier cosa, o no hacer nada, y tener el mejor de los momentos.

He aprendido que simplemente porque alguien no me ama de la manera que yo quisiera, no significa que no me ama a su manera.

He aprendido que la madurez tiene más que ver con las experiencia que he tenido y aquello que he aprendido de ellas, que con el número de años cumplidos.

He aprendido que la verdadera amistad y el verdadero amor continúan creciendo a pesar de las distancias.

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